jueves, 12 de septiembre de 2013

Pasiones agotadas.


Pensé que era amor
al reconocer tus pasos en cada calle de Madrid.
Al recorrer cada bar donde respirabas,
al volar en cada jaula que te daba la libertad.
Y pese a tus dedos
me fallaron las alas,
y acaricié el suelo con la lengua
cuando mi corazón empezó a preferir un cigarro
antes que tu boca.
Cuando el fuego de mi zippo,
brillaba más que tú. 

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